16.9.10

Nunca lo pude describir, y creo que aún no estoy en la capacidad de hacerlo. Sucedió, una vez. Fue eso, fue esto, fue nuestro. Perdí la razón, el tiempo, me llené de ansiedad, y de pronto te volviste el aire que necesitaba para respirar, incluso después… después de todo, de aquello. Estuviste, estás y quizás será así por más tiempo del que yo misma puedo imaginar. No sé cuántos días fueron, pero si sé en cuántas noches tuvimos el papel principal de la oscuridad. Con la lamparita encendida, tu voz y la mía, no faltaba más.

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